Los triángulos de emergencia que llevamos utilizando durante varias décadas parecen tener los días contados. En muchas ocasiones, tener que bajar del coche para colocar estos elementos de seguridad supone un alto riesgo para los conductores. Tanto es así que en los últimos años se han multiplicado los atropellos por señalizar una avería o accidente. Sólo en 2019, 117 personas perdieron la vida en nuestras carreteras tras ser arrollados mientras colocaban los triángulos de emergencia.
Ante esta delicada situación, la DGT ha tomado la decisión de reemplazar los triángulos de emergencia por una señal luminosa V16. El uso de esta baliza será de obligado cumplimiento a partir del año 2026. Hasta entonces, los conductores podrán optar por utilizar uno u otro sistema sin riesgo de ser multados. A pesar de no estar obligados a comprar por el momento esta luz de emergencia, su resulta más que recomendable. Su precio resulta bastante económico (poco más de 20 euros) y en cuestión de seguridad toda inversión está justificada.
Se trata de un pequeño dispositivo que puede ser colocado sobre el propio techo de nuestro vehículo sin tener que abandonar el habitáculo. Gracias al anclaje magnético que incluyen estas luces rotativas podrán colocarse con el simple gesto de bajar la ventanilla. A pesar de su tamaño compacto, el reflector parabólico LED de estas señales luminosas resulta visible en un radio aproximado de un kilómetro, incluso en condiciones de baja visibilidad.
Su autonomía media es de unas dos horas y media en modo emergencia y unas cinco horas en modo linterna. Se alimentan de la energía almacenada en una pila alcalina convencional no recargable de 9V tipo 6LR61. Al no sufrir sulfatación, estas baterías conservan más del 80% de su capacidad hasta cuatro años.